Debo confesar que…
No me gusta manejar, de hecho casi no sé hacerlo; las calles, los autos, la gente me estresan, pero sí podré llevarte de emergencia al hospital o alguna noche calma de regreso a nuestro hogar.
No me gusta bailar, no sé cómo hacerlo y parecer normal, pero después de rogarme un ratito, bailaría contigo una eternidad.
Soy una persona de hogar, casi no salgo y no me gusta acampar; a veces soy una marmota y duermo sin parar, pero de cuando en cuando podemos hacer de la sala un bosque y en la alfombra vivaquear
No hablo otros idiomas, tartamudeo en inglés y de solo escucharte me intimidas otra vez.
No tomo demasiado, detesto sentirme mal, no necesito alcohol para experimentar o amar.
No cocino, lo hago realmente mal, pero de cuando en cuando te puedo preparar huevos revueltos y una tostada sin quemar.
No tengo títulos ni cosas de las que alardear, soy sencillo y honesto, espero lo puedas ver en mi mirar.
No tengo mucho que ofrecer que puedas palpar, solo tengo unas ganas locas de volverte a enamorar.
No soy buen amigo, lo tengo que confesar; soy mejor amigo de mis amigos, pero pese a todo los llevo presentes y mando las mejores vibras de verdad.
Me gusta leer, me encanta viajar, estar en silencio y contemplar la eternidad.
Adoro la música y su eternidad, puedo escuchar música el día entero sin parar, me gusta buscarle a nuestra vida una canción para cada momento, como un sound track.
Respeto mi mundo, respeto mi hogar, valoro mis cositas, la calma y la paz.
No sabré mucho de la vida, me falta mucho por aprender, pero sí tengo claro lo que te puedo ofrecer.
Solo tengo para darte aquello que no se ve; puedo traducir el recuerdo vago de vidas pasadas en algunas líneas cortas, transformar nuestros sueños en un papel, puedo ofrecerte este maravilloso mundo que existe en otra dimensión, un beso al despertar y otro antes de dormir. Mis locuras, mi simpatía, risas y llantos de alegría, ser tu cómplice en la vida, alguna que otra pelea, mucha picardía y un cuento corto de cuando en cuando amada mía.
