Momentos – Cuento

Momentos, que es la vida si no la suma de “momentos”, se repetía en las noches en que caía agobiado por la melancolía. La vida pasa a cada instante y se compone de multiples y diversos escenarios, la mayoría son rutinarios, algunos tristes, otros alegres, cortos, largos, amargos y así, una suma de todas las experiencias.

–  … pero pocos, muy pocos, los podrás recordar como “momentos”… Hoy, es uno de esos momentos –  le dijo a su amada al despedirse.

–  Es… cierto – murmuro ella mientras pensaba en sus palabras, quizá nunca hasta ese día considero esa posibilidad, en ese instante su vida pasó por sus ojos como imágenes en retrospectiva, y lo que pasa puntualmente eran solo “momentos”, inolvidables, irrepetibles, únicos, mágicos…. ¿realmente los supo aprovechar? Pensó.

Ella reconoció hoy uno de esos “momentos”, repitió suavemente su nombre como invocándolo en un silencioso sortilegio mientras el caminaba alejándose de ella, logrando en un conjuro inmortal reunir todas y cada una de las imágenes, de las sensaciones de sus sentidos, de los besos, de las miradas, de las caricias, de las energías, de los sueños, del tiempo, de todo y cada detalle en un paquete infinito que se deposito en su memoria, y al caminar, al despedirse compartió él, sin querer, esa terrible melancolía

Aquella noche estiraron los minutos, no fueron a dormir, comenzaron con una copa de champaña y se refugiaron en la popa del crucero, desde allí veían el cielo infinito y el mar abarcando el horizonte, como si no existiera nada más, alumbrados únicamente por la luz de la luna, y a lo lejos, el eco de la música de las fiestas, mientras con el paso del tiempo, el cielo empezó una danza de colores anunciando el inicio del nuevo día, la bulla se fue tornando en silencio, la brisa fresca llego con la madrugada como si todo fuera sacado de un cuento de hadas…

Que es la vida entonces desde hoy, si no ir en busca de “momentos”, momentos que no se construyen, que no se buscan, que simplemente son y se hacen, que se obran desde energías y que seguramente no podría comprender nuestra frágil estructura de principios, de lo que creemos que es nuestro ser, que no es más que una ínfima parte de lo que realmente somos.

¿Acaso era amor? Se preguntaba pensativa, si es que lo que sentía no podía llamarlo amor, ¿que era el amor entonces?. ¿Qué significaba esa sensación de vacío? De donde vienen y a donde se van…

Ella, comenzaba el camino que él abordo hacía un tiempo atrás, aprendió con el tiempo a identificar los “momentos”, al principio llegaba tarde a ver lo que sucedía, con el tiempo identificaba el momento en proceso y lo disfrutaba, pero era inevitable sentir melancolía cuando sabia que aquel momento seria parte de una galería de vida exquisita, y que quizá, como en este caso, no podría volver a repetir, por qué simplemente se fue como dejando una estela de aroma sin rumbo a donde ir.

 

 

  2Comments

  1. laura   •  

    No es un microcuento…

    • Claudio Morgan   •     Author

      ciertamente…

Responder a Claudio Morgan Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *