De lo que tengo miedo es de tu miedo

(Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar. – proverbio japones)

Un día, discutiendo con un amigo sobre el origen y significado de la fe, llegamos a la conclusión que la fe es “esperar lo bueno” (indistintamente del marco religioso o cultural que le pongas) pues las personas que actúan con fe desean que suceda algo extraordinario para ellos o alguien cercano que impacte positivamente en sus vidas.

Como todo en el mundo, la fe también tiene su archi enemigo, su lado oscuro, y este es el miedo. Si, el miedo, es definido por la Real Academia de la lengua española como: (Del lat. metus).

1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.

2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.

Podríamos decir en sencillo que el miedo es esperar lo malo

Cuando mi SER completo entendió esto, vi la vida desde otra perspectiva, quizá venia años creyendo o entendiendo lógica y emocionalmente el tema, pero no lo había asimilado como tal.

¿Siento miedo?, si, pero ahora soy conciente y lo cambio por algo positivo, por fe, por esperar lo mejor, y de lo peor ver o encontrar el lado bueno. ¿Por qué? Pues muy sencillo, por miedo he perdido muchas cosas en mi vida.

He perdido oportunidades de trabajo por miedo a no estar a la altura, he perdido oportunidades de negocio por miedo a perder, he perdido oportunidades de crecer por miedo a no hablar, he perdido oportunidades de dar mi opinión por miedo al rechazo, he perdido ilusiones por miedo a acercarme, he perdido amores por miedo a abrirme, he perdido esposas por miedo a casarme, he perdido ser padre (quizá) por miedo a entregarme, he perdido amigos por miedo a acercarme más, he perdido cariño por miedo a sentirme usado, he perdido sueños por miedo a no cumplirlos, he perdido la oportunidad de ser un músico por miedo a no poder, he perdido el ser artista por miedo a no vivir de ello, he perdido eventos memorables por miedo a que me pase algo, he perdido años por miedo a vivir, he perdido rezos por miedo a no ser escuchado, he perdido tantas cosas…

Lo curioso es que cuando uno mira atrás siente que realmente no valió la pena, que nada tan grave pudo haber pasado, y evalúa aquellos “hitos” en la vida de cada quien y se queda con esa amarga sensación de ¿..y si?,  ¿y si hubiera hecho? ¿y si hubiera dicho? ¿y si…(espacio para que cada quien ponga lo que crea adecuado)…?

Por eso, en determinado momento de mi vida decidí no arrepentirme de las cosas que hice, si no más bien de las cosas que dejé de hacer.

Algunos creen que soy muy suelto, muy directo, sarcástico, atrevido, y quien sabe cuantos  adjetivos más, pero solo son muestras de una lucha constante entre mi fe y los miedos… Aldous Huxley decía que el amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma. Y es tan, pero tan cierto, que si he visto gente que quiero con tal carga de miedo a la vida que ha dejado de ser lo básico que uno es: humano.

El miedo es parte del equilibro, siempre vivirá con nosotros, pero uno debe tenerlo como a la tarjeta de crédito, en la billetera por alguna emergencia, no como un estilo de vida.

Hoy, siento que puedo vivir la vida controlando el miedo, y en la medida que lo he reemplazado con fe, me han llegado cosas buenas a mi vida, oportunidades, amigos, respuestas, cariño, etc. etc. Es increíble cuando pasas la puerta del miedo y te das cuenta que ahí están todos tus sueños esperando por ti.

Y si, quiero seguir en esta senda, quizá de lo que tengo miedo es de tu miedo, de que no te atrevas a caminar este camino, de aprovechar estas oportunidades, de abrirle los brazos a la vida. Quisiera poder, estimado lector, darte una formula mágica para que puedas perder el miedo, pero no existe, es un tema de aceptar, de entender, de pararse y simplemente hacer.

  4Comments

  1. Miguel Angel Vásquez Rodríguez   •  

    Linda nota Claudio, me gusta saberte más maduro y tan espiritual, pero no esa espiritualidad de cafetería o de pose que tienen muchos, andando por la calle con ropas blancas holgadas, zaumerios en casa y trencitas de colores… la tuya (y me consta) es una espiritualidad real, cotidiana, verdadera y genuina; con un profundo compromiso contigo mismo y la humanidad. Me siento muy orgulloso de ser tu amigo. Un fuerte abrazo!!!!

  2. Gretha   •  

    Como te dije anteriormente Claudio me gustó mucho tu nota! Como dice Miguel la espiritualidad del día a día aquella que ponemos en acción y no sol en palabras es la que cuenta. Felicidades por tan linda nota. Un abrazo

  3. laura marteau   •  

    Vi el tweeter,
    esa frase es de la película de ayer o realmente te la dijeron?

    Curiosidad

    Y si, leí el post coheliano

    • Claudio Morgan   •  

      me vas comparar con Cohelo, dejare de escribir 😛
      y no, no es de pelicula 😉

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *